En un juicio, para un abogado uno de los más grandes retos es hacer un buen contrainterrogatorio, porque se tiene que atacar con preguntas a un testigo que ha presentado su contraparte, y que por obvias razones, apoya su causa y va en contra de quien contrainterroga.
El testigo hostil siempre está a la defensiva, dispuesto a contestar y devolver los golpes que le lanza el entrevistador con sus preguntas (se siente como en el beisbol, en la caja de bateo, dispuesto a pegarle a todo lo que le lance el pícher). Desde el primer instante se siente atacado, y siente que su entrevistador es su enemigo declarador, que lo quiere dejar como un mentiroso o ponerlo en ridículo frente a todo el mundo, y de ninguna forma lo va a permitir. En su mente tiene un firme pensamiento: "No me voy a dejar de este hp".
Cuando las preguntas son fáciles para el testigo hostil, las responde con una sonrisa y mirando a su entrevistador, mostrando toda su arrogancia.
Cuando las preguntas son relativamente complicadas, pero con respuesta, se toma su tiempo, mira al abogado que respalda su causa, como buscando respuestas, pide tiempo para pensar, y luego responde con igual arrogancia. Trata de burlarse del entrevistador, y en su mente se encuentra el pensamiento: "No vas a poder conmigo hp, y ahora me voy a divertir contigo".
Cuando las preguntas son difíciles y complicadas, comienza a salirse por la tangente, elude su responsabilidad y se justifica. Señala a otros como culpables, preferiblemente su contraparte. Cambia su actitud, comienza a enojarse y a incomodarse, siente que pierde con su rival. Se enfurece con cada pregunta sin respuesta, con cada contradicción que le encuentren, y cada mentira que le descubran. Acumulan y acumulan furia, y en ocasiones estallan, ya sea agrediendo al entrevistador con palabras, discutiendo con él o insultándolo, otros en cambio, toman la decisión de negarse rotundamente a seguir contestando las preguntas. Con lo cual, caen en la trampa del entrevistador.
Los testigos hostiles más difíciles son los que encuentran la forma de encontrar excusas para cada pregunta, evadir su responsabilidad echándosela a otros, y crear una historia diferente como una cortina de humo que logra confundir a toda la audiencia y hasta el juez, son como una especie de pulpo que cuando se encuentra asechado por un depredador, suelta un chorro de tinta, y sale ileso del peligro. Se mueven dentro de lo razonable y lo justificable, en términos legales se hablaría de que saben sembrar una duda razonable, planteando varias hipótesis de lo que pudo haber ocurrido, y sembrando la duda, justa para favorecer su causa.
Discutir con ellos es un gran riesgo, pues saben argumentar muy bien, pues crean historias creíbles, y que ellos mismos se creen para dar más fuerza a sus argumentos, por ello, la mejor forma de atacarlos, es con evidencia científica irrefutable, y aún así, son muy dados a negarlas a través de las excepciones a la regla general. Por ello es necesario hacerlos enojar, saturarlos con temas que no conocen, para que pierdan la tranquilidad y cometan errores.
Si bien es cierto, el testigo hostil es un término jurídico, podemos decir, que también se presenta en la vida diaria, en muchas circunstancias familiares, laborales, políticas y académicas que se nos presentan a diario, cuando tenemos a una persona dispuesta a negar todo, incluso en contra de la razón y la evidencia, solo por ganar una discusión, o salir bien librado de ella.
Excelente, los mamertos en general y el kks en particular, solo sabe victimizarse y echar la culpa a otros
ResponderEliminar