Mientras Junior celebra el campeonato, con Jermei Peña y Arturo Reyes, samarios, el Unión se hundió en el descenso. En muchos momentos incluso, el Unión estuvo con más puntos que el Junior, pero no tuvo la garra, el pundonor, ni las ganas para ganar partidos cruciales, como si lo hizo el Junior qué clasificó a los octogonales raspando.
Rivera un técnico sin alma, qué perdió todos los partidos qué no podía perder, y nos dejó el lastre de la peor goleada histórica contra el Junior 7-1, imperdonable, así como los arqueros Sánchez y Bejarano y el resto de jugadores que les daba lo mismo perder en Santa Marta, y vender ese último partido al Medellín 4-0.
Que envidia de la buena por el Junior, y una vergüenza ajena por lo que hizo el Unión. Comparar las directivas del Junior qué buscan campeonatos, buenos jugadores y l alegría de la ciudad, con las del Unión qué siempre tienen mentalidad de pobres, de ruines, que administran al equipo sin aspiraciones a un campeonato, qué les duele sacar un técnico como Carlos Silva, Claudio Rodríguez o Harold Rivera por malos resultados, para no incurrir en más gastos, mientras que a Char, no le tembló la mano para sacar al Bolillo Gómez, cuando los resultados no lo acompañaron. Mientras Char contrataba a Juan Fernando Quintero, Eduardo Dávila rechazaba a Teófila Gutiérrez por que era muy costoso.
