lunes, 23 de marzo de 2020

CRISIS MUNDIAL? ... PERO ETICA

Por: Jorge Arturo Abello Gual.


El mundo se está estremeciendo desde sus cimientos. El Covid 19 nos tiene reducidos a nuestros hogares, por temor a infectarnos. Al fin se ha generado lo que muchas películas apocalipticas han proyectado, y los fanáticos del fin del mundo están frenéticos viendo cómo por fin el mundo se doblega por una peste.

Pero la pregunta que hay que hacerse, es que nos deja estos días de encierro que parecen temporales, y que posiblemente en algunos meses, podamos retomar nuestra vida cotidiana.

El encierro nos ha enseñado, que la economía es un tema artificial que nos hemos inventado para sobrevivir. Que el valor agregado ha hecho que nuestra vida sea muy costosa, y que tanto las empresas, como los Estados, nos aumenten los precios y los impuestos, porque el asunto es producir y trabajar más, para comprar más. Si no produces, si no trabajas, no puedes ingresar a un mundo que te ofrecen las empresas y el Estado, de servicios y bienes costosos.

Cuando uno se queda en casa, se da cuenta qué tanto gasta en cosas que no se necesitan pero que te vende la sociedad.

Cuando tu prioridad es la seguridad de tu familia, no prestas atención a cosas diferentes de la comida, del agua, la luz, y hoy en día, del internet y del celular.

Cuando los hombres se encierran en sus hogares, el planeta tierra descansa... de la contaminación de los ríos y los mares, de la tala de bosques, de la caza de animales, de los efectos nocivos de la minería, de la generación de gases y de CO2. El mundo ha descansado de la raza humana, y seguirá descansando de nuestro frenético ritmo de vida por ahora.

La economía se va al piso. Los parámetros con los que hemos fijado nuestro trabajo se han visto seriamente confrontados por una pandemia, generada por un virus. Si "la economía" se derrumba, se destruye el sistema creado con base en la venta de bienes y servicios, regido por el concepto de valor agregado, dentro del cual, se encuentra la ganancia y el impuesto, como sobrecostos. El consumismo incentivado por el hombre, ha generado un desgaste traumático a nuestro planeta. Demandamos toda clase de bienes y servicios en cantidades industriales, de los cuales, muchos son necesidades creadas y que nada tienen que ver con nuestra supervivencia, muchos de ellos, no pasan de ser fetiches.

Que ocurre con nuestras vidas, si no podemos trabajar? Qué trabajos realmente son útiles para el futuro? Y si la pandemia sigue qué ocurre? Y si viene otra pandemia? El tema central es, está nuestro estilo de vida preparado para el confinamiento del ser humano en sus casas?

La verdad es que es que el Covid 19 lo que me ha dejado es una profunda reflexión ética sobre lo que hacemos desde el punto de vista económico, social, ambiental y demás.

Sirve la acumulación de capital en crisis epidemiológicas? Las personas que pueden, tienen reservas y pueden subsistir, las que no tienen reservas sencillamente tendrán que arriesgarlo todo.

Qué pueden hacer los pobres en las crisis económicas? Cuando se le acaben las reservas, lo único que pueden hacer es arriesgarse, salir y buscar como subsistir, y el problema es que ello lleva al hurto por hambre.

Qué pueden hacer los Estados? Organizar las reglas de supervivencia, y dejar de oprimir a los ciudadanos con los impuestos. Los gobiernos están para proteger, dirigir y gobernar de la mejor forma y ello implica la organización de los recursos del Estado para redistribuirlos en toda la sociedad. Durante tanto tiempo en Colombia, los Estados han servido para el enriquecimiento de la corrupción a tal punto que solo se invierte el 40% en las obras públicas que se desarrollan. Ahora los políticos que siempre buscan lucrarse de la política pública, tendrán que pensar, que no pueden seguir viviendo de hacer obras públicas. Ya la prioridad no es la carretera que cuesta 10 mil millones de pesos, de los cuales 6 mil se repartían entre los corruptos. Ahora la prioridad son los servicios públicos, la salud y los alimentos, quién sabe que triquiñuelas se irán a inventar para apropiarse del 60% de los recursos destinados para mitigar los efectos de la pandemia.

 El sistema de salud, recibe los recursos para mantener los servicios, y en una crisis de salud tan grave como una pandemia, ahora nos está haciendo falta todos esos recursos que por corrupción se han saqueado. Hoy el sector salud tan debilitado por la corrupción pública y privada, es un enfermo más que no puede hacerle frente al problema que se viene. Ahora se habla de una inversión importante al sistema de salud, de los cuales, la corrupción igual aspirará a quedarse con el 60%. Surge otra pregunta, si existe una vacuna, estará el sistema de salud en condiciones de adquirirla y aplicarla a todos los ciudadanos?

Los grandes transportadores de personas como Avianca y las demás aerolíneas, ahora saben que se siente que sus principales clientes, a los que durante tanto tiempo han maltratado con los precios y con los malos servicios, ya no tengan la necesidad de comprarles, ni padecer su maltrato. El teletrabajo será una de las competencias más grandes que enfrentará la industria de la aviación, y el turismo, se verá anulado por el miedo al contagio en otros países. Por la irresponsabilidad de las aerolíneas de no aplicar los protocolos de salubridad, y por el deseo desmesurado de lucro por encima de la salud pública, el virus se extendió por todo el mundo. En los aviones se expandió el virus.

Los bancos deben reorganizar los créditos a sus deudores que no están trabajando, y que la economía no se está moviendo. Si no se modera el canivalismo financiero generado por los intereses y los altos costos de los servicios bancarios, sus clientes no solo perderán la posibilidad de pago, sino que pueden perder sus fuentes de subsistencia. Nada se mueve, ni la construcción, ni la minería, ni muchos servicios de carácter presencial, lo único que está produciendo son el sector de alimentos, los restaurantes, los domicilios, los colegios, las universidades. A muchos se le han suspendido sus trabajos, y lo que viene, es el endeudamiento por sobrevivencia. Hasta cuando los bancos están dispuestos a colaborar por motivos de humanidad, si es que son humanos?

Sin duda el medio ambiente es la mayor reflexión ética que genera esta crisis. Los animales han descansado del hostigamiento diario del ser humano. Los animales no saben y no comprenden por qué el máximo depredador que se encuentra en la cima de la cadena alimenticia, se encuentra desaparecido. La vegetación ha tenido un respiro, pues hay menos demanda de madera y papel, y de espacios para la construcción. El aire y los mares han dejado de recibir tanta contaminación, y la minería ha dejado de destruir el suelo. La pregunta: Qué necesidad realmente se tiene de acabar con el mundo que tenemos? Cuanto CO2 se ha dejado de producir gracias al teletrabajo?

Por último, la reflexión más importante, cómo es nuestro hogar, cómo son las personas con las que convivimos, como nos relacionamos con nuestra esposa, nuestros hijos y demás familiares y amigos, cuando tenemos que tratarlos todo el tiempo. El hogar es el refugio del guerrero, pero para muchos el hogar solo era un sitio para dormir. En muchos países los apartamentos solo tienen un espacio para la cama y el baño, nadie pensó que por alguna pandemia, guerra o incluso radiación solar, tendríamos que cambiar nuestros hábitos. Nuestros hábitos impuestos por el trabajo, generó que en día, el 60% o el 70% del tiempo productivo lo pasamos por fuera de nuestra casa y lejos de nuestra familia. Hoy con el encierro obligado, el 99% lo tenemos que pasar en el hogar y compartiendo con nuestros familiares. Qué ocurre si esto dura mucho más tiempo? Qué ocurre si el teletrabajo produce un cambio significativo en nuestros hábitos y en la economía? Cómo puedo producir desde mi casa? Cuanto me ahorro produciendo desde mi casa? ¿Qué necesidad tengo de ir todos los días a la oficina? ¿Qué tanto tengo que producir en mi oficina y que tanto puedo producir en mi casa? ¿Puedo ahorrarme el transporte, el tiempo y la incomodidad de ir a la oficina? ¿Tengo en mi casa lo suficiente para trabajar? ¿Tengo en mi casa un buen ambiente personal, familiar y laboral?

Reflexiones, y más reflexiones...



  

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