martes, 28 de noviembre de 2017

ANÁLISIS SOBRE LAS ELECCIONES EN COLOMBIA.

Por: Jorge Arturo Abello Gual.

El futuro del país está en juego, el conflicto que aún sigue con otros actores, el posconflicto con las FARC, la economía, la inversión social, la infraestructura y la corrupción son temas en que el Gobierno de Santos ha dejado sin resolver, y que se los deja al gobierno del que gane las elecciones de 2018.

Para entender un poco en el problema en que estamos metidos, hay que analizar algunos antecedentes.

Veamos cómo primer punto la reelección del 2014 de Santos, que ha sido nefasta. El precio que pagó Santos luego de perder en primera vuelta con Zuluaga para ganar las elecciones, fue muy alto. Tuvo que hacer alianzas con Vargas Lleras, Petro, Clara Rojas, el partido Liberal, parte del Partido Conservador, Las FARC, entre otros, para lograr una colisión política suficiente para ganarle a Zuluaga, que venía con todo el apoyo de Uribe. Este cóctel Molotov, estaba predeterminado a estallar, porque los únicos dos puntos de convergencia eran que ninguno quería que llegará al poder, un Gobierno manejado por Uribe, y el segundo, que no eran todos, que era la mermelada que les ofrecía Santos a cambio de su apoyo. Era muy difícil mantener a todos contentos, y sobre todo, con tantos intereses opuestos.

Como segundo punto, podemos resaltar la dura batalla librada por Santos para lograr un acuerdo de paz con las FARC. Las mayorías logradas en su reelección, le dieron la falsa confianza de que podría vencer en el referendo por la paz, a la oposición uribista, pero no fue así. La crisis del régimen chavista en Venezuela, el rechazo de la sociedad colombiana por las FARC, y la inclusión de una ideología de género, destruyeron las aspiraciones santistas de consolidar su dominio electoral sobre los uribistas, que ayudados por los conservadores y los grupos cristianos, inexplicablemente derrotaron el referendo por la paz, quienes no estaban preparados para una victoria, y que sólo la lograron haciendo que los colombianos acudieran a las urnas indignados, como bien lo reconoció el jefe de campaña de la oposición.

El tercer punto es la corrupción. Escándalos como el de Odebrecht y Reficar, son a penas una pequeña muestra de cómo se desangraba al país sin que nadie hiciera nada y de cómo se financian las campañas políticas y los políticos, pues hasta el mismo Santos quedó señalado de recibir dineros de Odebrecht, sin que le haya pasado nada y que le hubiere bastado con decir que le habían traicionado su confianza. La mermelada fue tan abundante que alcanzó para los Bula, los ñoño Elías, los Benedetis, los Parodis, y hasta para varios magistrados y ex magistrados de la corte suprema Justicia señalados en el hoy carrusel de la toga. Lo que nos deja este capítulo de corrupción en el gobierno de santos, es que en la política todo tiene precio, y todo va por cuenta del Estado.

El cuarto punto es la dificultad del gobierno de Santos para cumplir los acuerdos de La Habana con las FARC. Sin mayorías, por la pérdida de la coalición política alcanzada en su reelección, y con una oposición refortalecida, la ejecución de una agenda política y administrativa, para cumplir los acuerdos de La Habana, además de las disidencias de las FARC y de la oposición del Narcotráfico a la erradicación de los cultivos, aumentan la polarización, y afectan gravemente la confianza y la estabilidad política y económica del país. No es fácil ver a las FARC en el Congreso después de todo lo que han hecho en más de 30 años de conflicto, pero tampoco es viable que vuelvan al monte a volver a lo mismo, pero sobre ello todos discuten a pesar de que ya hay un acuerdo escrito.

El quinto punto es la economía. Como todo tiene precio y como todo va por cuenta del Estado, a los políticos no les alcanzan los recursos, y se decidió aumentar los impuestos. Con ello se afectó el consumo de todos los colombianos con un aumento del IVA del 16 al 19%, y por esa razón principal se perjudicó el comercio, el empleo y la industria, frenando el crecimiento que este año no superará el 2%. Multinacionales como Carrefour, y tiendas tradicionales como Tía, no pueden continuar en el mercado Colombiano. El gobierno, no ahorra, y gasta en exceso, sobre todo en campañas políticas, financiadas por el mismo Estado.

Opciones para este panorama tormentoso.
Al parecer hay cuatro opciones fuertes para las elecciones del 2018 y son:

1) Candidato del Santismo, por ahora es Humberto de la Calle. Debe continuar con los acuerdos de la Habana, y lograr consolidar el posconflicto. Tendrá una fuerte oposición del Uribismo, y con gran parte de la sociedad Colombiana que se resiste a ver a la Guerrilla de las FARC en el Congreso. Deberá utilizar los ahorros en guerra para el posconflicto, y evitar afectar más la economia con la corrupción y los impuestos. Desafortunadamente tendrá el apoyo del Gobierno y con ello, se puede contaminar con corrupción hacia el futuro, para alcanzar la victoria electoral que no será fácil, porque se muestran como protectores de las FARC, y ello, genera mucho rechazo en la población colombiana. Humberto de la Calle parece ser una buena persona, pero tiene la tendencia a renunciar cuando las cosas se ponen duras, y que un presidente renuncié, ante una adversidad puede generar más problemas para el país.

2) El candidato del Uribismo. Aún no existe uno que tenga la misma personalidad de Uribe, pero con su apoyo, es sin duda un duro contrincante. Pretenden reformar los acuerdos, pero sus planteamientos luego de celebrado un acuerdo de paz, no son convenientes y otros son inviables. Pueden generar un retroceso a un conflicto armado, y con ello agravar la difícil situación del país. Cuentan con el apoyo de los que no están de acuerdo con las FARC, que son muchos.

3) Vargas Lleras, hábil político, con mucho poder, y buen discurso, pero con una personalidad nefasta, y no apta para ser Presidente, busca lograr alianzas y mostrarse como una tercera opción, para llegar a segunda vuelta y ganar. Ni con Santos, ni en su contra. aparece también como más cercano a Uribe, pero tampoco es su candidato. Su llegada a segunda vuelta será coyuntural, si acaso con suerte, si lo logra, tiene altas probabilidades de llegar a la presidencia. Eficiente pero señalado de corrupto, inteligente pero mal geniado. Se mueve en diferentes cualidades y defectos, pero si apoya a otros candidatos en segunda vuelta será determinante.

4) El candidato que represente a la izquierda y al partido verde. Es una tercera opción verdadera, porque sus discursos y posiciones han ido en contra del Uribismo y del Santismo. Pero sus discursos de izquierda generan rechazo en los empresarios y en toda la población contraria a la izquierda populista de toda Latinoamérica, entre ellas el chavismo que arrasó con Venezuela. Apartarse de ese discurso es un reto, pero perderían el apoyo de sus partidarios. En Bogotá que es la ciudad con mas caudal de votación, el apoyo a la izquierda es muy importante, por ejemplo a Petro, Robledo y Clara Rojas, pero en Antioquia, la Costa Atlántica y el Valle, las posibilidades del triunfo de la izquierda son más reducidas. El gran riesgo es que se implante un socialismo equivocado, que nos lleve a una crisis como la que sufre Venezuela. La izquierda representada por Petro, tiene un discurso inteligente y socialmente atractivo, pero son pésimos ejecutores, como lo demostró en la Alcaldía de Bogotá, Petro fue un dictador que no pudo ni gobernar junto con su partidario Navarro, y que tomaba decisiones inconvenientes sin suficiente planeación. Sergio Fajardo representa una buena fórmula, pero su alianza con la izquierda le resta, y sin una bancada representativa en el Congreso no podría implementar un plan de gobierno a corto plazo.

Conclusión: Las Naciones se merecen a los Gobernantes que tienen. En este caso, tu debes elegir el gobernante que te mereces. Piensa bien y elige bien, por favor.




jueves, 2 de noviembre de 2017

DIFERENCIA ENTRE EL SOCIALISMO FRACASADO Y EL CAPITALISMO SALVAJE.

Por: Jorge Arturo Abello Gual.

Los abismos creados entre ricos y pobres en Latinoamérica, por la mala distribución de la riqueza en todos los países, generó una honda de rechazo al modelo económico capitalista, y una corriente peligrosa hacia gobiernos de gran tinte socialista, y de izquierda.

El deseo de una mejor distribución de la riqueza ha llevado a planteamientos como el de la revolución bolivariana en Venezuela, que tomó muchas políticas del régimen cubano, como la nacionalización de empresas privadas.

DIFERENCIAS ENTRE SOCIALISMO Y CAPITALISMO.

El socialismo es un modelo que se fundamenta en que la propiedad sobre los medios de producción, como son los bienes de capital y la industria, son de propiedad del Estado, y por ello, todos los ciudadanos en teoría deben ser beneficiarios tanto de los servicios, como de los beneficios de la producción.

El trabajo es el recurso más valorado, y por tanto, todas las personas deben aportar su trabajo al Estado para recibir sus beneficios. A cambio del trabajo, las personas reciben una remuneración equitativa sin distinción a la profesión u oficio, así las cosas gana igual un ingeniero nuclear que un conductor de bus.

Así las cosas servicios públicos deben ser prestados por el Estado, así por ejemplo la salud, la educación, el transporte y los servicios públicos domiciliarios son garantizados dentro de la estructura estatal a través de los servicios públicos.

Si existe propiedad privada, pues la ropa, los elementos de aseo, los alimentos pertenecen a cada individuo. La propiedad sobre los medios de producción como la tierra, los bienes, la industria son comunes, pues le pertenecen al Estado.

El problema de ese modelo, es que la planificación por el Estado y centralizada de los medios de producción, es en la práctica inconveniente. El monopolio de la producción no favorece ni al productor ni al consumidor, y la falta de competencia afecta gravemente el mercado, especialmente la ley de la oferta y la demanda. En últimas, si el Estado entra en crisis, todos entran en crisis. Si los servicios son malos no hay otras opciones.  El socialismo propugna un modelo bilateral entre el individuo y el Estado, sin ningún tipo de opción: El individuo a trabajar para esperar que el Estado le de los servicios, la alimentación y los bienes que necesita.

En ese modelo en la práctica, los ricos son los políticos y los burócratas que manejan los recursos, y el pueblo solo trabaja, y recibe lo que el Estado le da. La corrupción distorsiona el modelo, y la función pública la utilizan los burócratas y políticos como un ingreso adicional para mejorar sus condiciones de vida. Los burócratas realizan viajes, almuerzos, eventos sociales y negocios con los recursos del Estado, cargando todos sus placeres a la cuenta del Estado, cosa que no pueden hacer los ciudadanos del común. Los ingresos de los trabajadores son limitados, y es difícil que se desarrolle el turismo, no existe inversión y a falta de leyes de la oferta y la demanda, es posible que se sobreproduzca un bien que no se consume suficiente, y que haya escasez de bienes que no se produzcan suficiente. Estas condiciones generan por ejemplo, que un cubano empleado medio, tenga que trabajar 5 años seguidos para comprarse un producto de una tienda como Louis Vuitton, mientras que un burócrata podrá adquirirlo y hasta por cuenta del Estado.

En el socialismo, el delito también existe, pues ante la falta de opciones, el delito surge como una protesta a las condiciones de vida precarias, y a una forma de proveerse de recursos y de servicios que no le puede dar el Estado.

En el modelo capitalista, por otra parte, existe una relación tripartita entre el Estado, los trabajadores y los empresarios (o capitalistas). Así las cosas, las personas tienen estas tres opciones, es decir son trabajadores, son empresarios o capitalistas, o son políticos y burócratas. Así las cosas, las leyes de la oferta y la demanda dominan el campo empresarial y laboral, pues las industrias producen lo que más se demanda, y los trabajadores ganan según produzcan y gastan según sus ingresos. Pero un trabajador puede convertirse en un capitalista, cuando genera excedentes y puede invertir en bienes de capital, y los hace producir, así por ejemplo, puede comprar con sus excedentes una finca y hacerla producir para sacar más excedentes; o puede comprar un nuevo apartamento y arrendarlo, creando más renta; o puede abrir un almacén y producir más ingresos.

El papel del Estado es prestar algunos servicios públicos, cobrar impuestos, y reinvertir para redistribuir la riqueza.

Así las cosas, si el sector privado comienza a fallar, el Estado interviene para garantizar condiciones de equilibrio, y si el sector público está en problemas, acude al sector privado para buscar el equilibrio. Los trabajadores tienen tres opciones, como lo son trabajar en el Gobierno, trabajar en la empresa privada, o convertirse en un empresario.

La gran distorsión de este modelo es la corrupción y el delito. La corrupción impide que la distribución de la riqueza se realice de forma razonable y equitativa, y en este orden de ideas, el corrupto toma los recursos que deben ser destinados a la redistribución, como si fueran su ganancia, haciendo que la función pública se convierte a través de la corrupción y el delito en un bien de capital que le genera al corrupto ingresos adicionales a su salario.

De esta manera, hay industrias que por las leyes de la oferta y la demanda alcanzan unos ingresos enormes, y los trabajadores exitosos ganan según la mayor producción que consigan, y los políticos que acceden a los mejores cargos, ganan buenos recursos. Y todos ellos reinvierte en capital para incrementar sus ingresos, y así consume más, bienes más caros y viajes si quiere. El problema con ello, es que no todas las personas tienen unos excedentes en sus ingresos, no todas las personas tienen la preparación para incorporar valor agregado a un producto y generar más capital, y las leyes de la oferta y la demanda, pueden hacer que algunos productos no sean apetecidos, o por la competencia no se tengan las condiciones suficientes para ser negocios rentables. También hay personas con problemas de droga, con vicios, y malos hábitos personales y económicos, y sus ingresos no son suficientes para subsistir. Así se generan excluidos del sistema capitalista, que solo tienen tres opciones: subsistir en condiciones de pobreza, perecer, o dedicarse a la delincuencia para obtener los recursos para subsistir o para incluso progresar como capitalista, haciendo del delito, su industria.

¿POR QUÉ LOS JÓVENES TIENEN UNA TENDENCIA HACIA EL SOCIALISMO?

Los jóvenes tienen una tendencia socialista, porque el modelo económico de los hogares es netamente socialista, es decir, en un hogar promedio, existen unos recursos que se tratan de distribuir equitativamente, existen bienes comunes y bienes privados, y el nivel de vida depende de los ingresos del hogar y da la planificación centralizada que hacen los padres, todo ello, acorde con un modelo socialista. Todos en el hogar hacen su parte, es decir hacen su trabajo, y todos se benefician en conjunto de los ingresos del hogar, así cuando hay dinero, pueden viajar y pueden comprar cosas, pero si los ingresos bajan y hay crisis, todos en el hogar sufren restricciones.

El criterio de igualdad, surge entre hermanos, por lo que los padres buscan darle a cada hijo una cantidad proporcional de condiciones económicas, y si alguno de los hijos recibe más, el otro reclama igualdad.

Los hijos viven subsidiados de los padres, hasta que se independizan, y las necesidades comienzan a aparecer cuando cada quién produce lo suyo, sin la ayuda de sus padres. A Cualquier joven que al que le ofrezcan un salario por encima de la mesada que le dan sus padres, es ganancia, pero cuando tienen que afrontar los costos de la vida independiente, como el arriendo, la gasolina, los servicios públicos y el mercado, y no le alcanza el dinero, dejan de pensar en el socialismo.

Los modelos socialistas se mantienen a la fuerza como el modelo familiar: “Mientras sigas viviendo bajo este techo, harás lo que yo diga.”

Los jóvenes criados en un modelo familiar, manejan los discursos de la igualdad y de la ayuda al prójimo, que son valores aprendidos y promovidos en la familia. 

Mientras que los hijos son dependientes,  no se preocupan por la producción, los padres manejan la política, los recursos y de todos los servicios para la familia, que es lo que ocurre en un régimen comunista, que asume una relación paternalista frente a sus ciudadanos. Los hijos y los socialistas exigen de sus padres y del Estado todo, a cambio de obedecer y cumplir con su rol o su trabajo. 

¿POR QUÉ LOS PADRES TIENDEN AL CAPITALISMO?


Los padres que tienen que afrontar los costos de la independencia, tienen que mantener una casa, unos hijos, unos impuestos, un carro, etc., deben garantizar unos ingresos, y unos excedentes si quieren mejorar las condiciones generales de su familia a través de su trabajo o sus recursos de capital. Nadie quiere quebrar, en cambio, buscan seguir mejorando, por lo tanto, o se produce más dinero o se ahorra, y ello es lo que se redistribuye para garantizar la igualdad, y garantizar unas condiciones de vida equitativas dentro de su familia, y ello es un perfecto modelo capitalista: Entre más produzcas, mejores cosas le puedes brindar a todos los integrantes de tu familia.


CONCLUSIONES.

El modelo socialista no es viable por las siguientes razones:


  1. Tiende a la dictadura y al autoritarismo, porque debe anular a los capitalistas y empresarios,  y debe limitar los recursos de los trabajadores, para implementar una economía planificada y centralizada.
  2. Limita las opciones a los ciudadanos, porque se fundamenta en el monopolio de los servicios, y por ello, genera demora y escasez. Además, los ciudadanos solo reducen sus opciones de vida a ser burócratas o trabajadores del Estado.
  3. El modelo socialista es mucho más vulnerable a la corrupción y a la criminalidad. El manejo centralizado y planificado le otorga mucho más poder económico a los políticos y a los burócratas, y cuando aparece la corrupción en ellos, los recursos del Estado se pierden. En un Estado capitalista, como el Colombiano se pierden 10 billones de pesos anuales en corrupción, pero ello no paraliza ni la industria ni al país, porque siempre está o el sector privado o convertirse en empresario, pero en un modelo socialista, la corrupción es mucho más catastrófica para la población, porque no tienen más opción. En un modelo socialista, la criminalidad se muestra como una opción en contra del régimen y que genera mejores condiciones económicas. El modelo socialista tiende a la escasez de producto y favorece el contrabando de productos, destruyendo cualquier equilibrio económico planificado.
  4. En vez de redistribuir la riqueza, lo que hace es generalizar la pobreza porque disminuye los ingresos, y no permite que los excedentes generen ingresos de capital.
En relación con el modelo capitalista cabe hacer la siguientes consideraciones:

  1. Si en un modelo capitalista se "disminuye la corrupción a sus justas proporciones", la distribución de la riqueza sería más racional y equitativa.
  2. Controlar la delincuencia propicia el crecimiento y la estabilidad económica, que son factores que requiere el capitalismo para combatir con la pobreza.
  3. La inversión social debe ir dirigida a enseñarle a los pescadores a pescar y no a darles el pescado.
  4. Es necesario insistir en la responsabilidad social y ecológica, porque el capitalismo salvaje, nos va a dejar sin planeta, y sin condiciones de vida dignas.

ACTUAR Y PENSAR