viernes, 11 de octubre de 2024

Las guerras las crean los que nunca las pelean


 
Las guerras son el estado más destructivo de la humanidad. La guerra siempre ha sido una forma de política exterior, es decir, obligar a otros a realizar lo que se quiere, o en su defecto, oponerse a lo que otros quieren obligar a hacer a otros.

Lo triste de las guerras es que las forman y las deciden son los líderes o gobernantes, pero quién la sufren son los soldados, la población, entre ellos, mujeres, niños y ancianos. Cómo hace mención la caricatura de Mafalda, "si los cobardes que deciden las guerras participarán en ellas, estaríamos en paz".

Si miramos las guerras de Rusia vs Ucrania, Israel vs Palestina, y Siria, encontramos una serie de rencores históricos, y disputas territoriales, que no amerita realmente el desastre de una guerra.

Cuando una guerra surge, se requiere de varios factores para que está se haga una realidad.

La primera, un gobernante guerrero que conoce y maneja la guerra, y no le tiene miedo a pelear. El problema con estos gobernantes es que ven la violencia como única forma de resolver problemas, y se sienten a gusto en un estado de guerra. Las muertes y desastres son consecuencias necesarias e inevitables, para el fin último que es derrotar al enemigo o conseguir la victoria. Utilizan todas las agresiones del enemigo para justificar sus acciones y animar a la tropa. No hay forma de parar una guerra con un líder así, o vence o es vencido, son tercos y testarudos, sínicos y psicóticos, se inventan una realidad alterna y viven en ella. Estos líderes deben ser evitados o cambiados. No importan los muertos, todos son un sacrificio para un fin mayor, pero la destrucción no es un fin mayor. 

Israel está destruyendo Palestina para acabar a un grupo rebelde, y este, muy a pesar de que están destruyendo a su pueblo, sigue con la lucha, en semejante desproposito de parte y parte, a ninguno le importan los niños que están muriendo.

Intención genocida, cuando hay guerra, los derechos de la parte contraria dejan de existir, es el enemigo y hay que acabarlo. Las guerras se motivan con la intención de acabar a un enemigo, que se traduce en otro grupo humano, ya sea por motivos religiosos, nacionales, étnicos o raciales, cualquiera de estas motivaciones siempre están por debajo de una guerra, los líderes las conocen y exaltan los ánimos de la tropa y de la población. Esto en una forma  malvada y cruel conduce al genocidio de un grupo en contra de otro, entre más grave sea la ofensa, daño o humillación, la venganza será igual o peor, es una cadena de destrucción de devolver el mal, con otro mal sin límites, y por eso, lleva a la destrucción. El odio y la venganza se trasmite por generaciones como un mal interminable.

Cómo puede perdonar un niño palestino a la nación de Israel, luego de que ejército matara a sus papás, a su hermano y su hermanita de 2 años, que nada tenía que ver con la guerra?

Las armas de la guerra es otra de las razones de muchos conflictos armados. Cómo funcionan, quién es el más inteligente, quién vence a quien. Las armas y su poder destructivo son muchas veces los motores de la guerra, no se que tiene, pero probar una nueva arma en batalla parece ser una obsesión del hombre, el mejor avión, el mejor tanque, el mejor misil, siempre se está en un proceso de evolución en la creación de armas, invirtiendo millones de dólares, para tener armas de última tecnología para la destrucción. Tanta inversión requiere ser probada en batalla y medirse en contra del enemigo. Las armas son la leña que aviva el fuego de todo conflicto armado. Es bien sabido que una buena arma gana las batallas (como las bombas atómicas en Japón), como los tanques, los barcos, los aviones y las bombas atómicas. Hoy las guerras tienen un componente adicional y es el uso de la inteligencia artificial, dónde son las máquinas las que conducen aviones, disparan balas y proyectiles. Si tanto les interesa medir sus armas, porque no se enfrentan en un video juego y se destrozan virtualmente, y dejan de matar hombres, mujeres, ancianos y niños, sin necesidad. La guerras deben pasar a un campo meramente virtual, así como el coliseo romano, fue reemplazado por el cine.

Interés por el territorio y los recursos ajenos es otro de los problemas de todos los conflictos. La lucha por los recursos escasos y por el territorio donde estos se encuentran. Se ha luchado por oro, por plata, los diamantes, por petróleo y gas. El comercio exterior debería evitar este tipo de guerras, donde quien tiene el recurso no se lo vende al comprador o se lo vende en unas condiciones injustas, y este inconforme, utiliza la guerra para obtenerlo. Siempre que se genera una guerra hay un interés económico, en el caso de Ucrania son el gas, la energía nuclear, en el caso de Siria es el petróleo y en el caso de Israel-palestina es el territorio.

En el caso colombiano, existe el interés genocida de destrucción de los grupos guerrilleros y el ejército, enfrentados durante años, interés que han explotado algunos políticos al hacer énfasis en la seguridad, dónde se cada una de las partes exacerba el odio hacia la otra. Existe el interés económico que es el control del narcotráfico, y la lucha por el control del territorio donde se cultiva, produce y transporta la droga. Existen de parte de las guerrillas, las organizaciones criminales y del ejército, líderes guerreristas, que no conciben otra forma de política que la guerra y la destrucción. Y la evolución armamentista no se queda de lado, con la compra de mejor armamento tanto de un lado como del otro.




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