Pasa en las redes sociales, en los grupos de conversación, y en las elecciones, muchas personas no tienen criterio para dar una opinión o tomar una decisión, y ello, es verdaderamente preocupante.
La opinión pública es maleable, es manipulable y es voluble, y lo peor es que en muchas ocasiones, es también fanática de una idea, la cual defienden irrazonablemente y en contra de toda evidencia.
Cuando las masas están saturadas de tanta información a veces falsa, a veces contradictoria, se suele tomar una posición y comienza la discusión con los que asumen la posición contraria, y hasta ahí, se puede presentar un debate interesante, pero cuando nadie cede a la razón, y los ánimos se alteran, y comienzan las agresiones, se pierde todo el sentido del debate y se pasa a la pelea.
Discutir con un fanático no tiene ningún sentido, es perder el tiempo y coger rabia, y te puede traer problemas y enemistad es. El fanático no entiende otra posición, se aferra ciegamente a la suya, y todo lo que vaya en su contra lo considera como un ataque personal. El fanático llena su vacío existencial con una idea que considera un dogma, y por ello no cambia y se obsesiona, a tal punto de hacer lo que sea por la causa.
No pelees, sienta tu posición con una frase, luego ignora, guarda silencio y sigue adelante. No es tu deber prestarle atención a un idiota, ni sacarlo de su error.
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