MUERTE DE MIGUEL URIBE TURBAY.
Colombia se levanta hoy 11 de agosto de 2025 con la noticia de la muerte de Miguel Uribe Turbay, nieto del ex presidente Julio César Turbay, hijo de Diana Turbay (Periodista reconocida y asesinada en medio de un intento de rescate de su secuestro ordenado por Pablo Escobar) y sobrino de Julio César Turbay (ex Contralor de la República). Miembro de una reconocida familia política, pero rodeada de tragedia, que hoy vuelve a lastimarse con su muerte.
Murió una buena persona, era amable y muy querido por su círculo cercano, y murió un político que viene de una estirpe muy fuerte, su abuelo recordado por su habilidad política para manejar el congreso de la república, y su posición fuerte y dura en contra de la guerrilla y la delincuencia en general, sembrando el pánico en su gobierno, con su estatuto de seguridad, y que estuvo a punto de aniquilar al M-19 con una ofensiva militar firme. Luego sufrió en carne propia el dolor de la guerra, con el secuestro y asesinato de su hija Diana Turbay, en pleno apogeo del cartel de Medellín, dónde murió en un intento de rescate.
El homicidio Miguel Uribe Turbay fue perpetrado por un joven de 15 años, que al momento de llegar al lugar de los hechos, no sabía a quién le iba a disparar. Supuestamente le ofrecieron 20 millones de pesos, que nunca le pagaron. También pidió perdón por sus actos y dijo que lo hizo por su familia. Estos datos muestran el grave problema de la juventud de este país, que no es consciente de lo que hace, y de que cualquiera está dispuesto a asesinar en Colombia si le ofrecen dinero, sin importar a quién, ni cómo. No hay derecho que una vida y un proyecto político tenga tan poco valor en Colombia, o tal vez genere tanto miedo, que prefieren eliminarlo, que enfrentarlo en las elecciones.
Miguel Uribe Turbay fue víctima de la sociedad a la que aspiraba cambiar, con base en una visión de una política fuerte y en contra de la visión del Gobierno de Petro. Fue un proyecto político que se enfrentó de frente en el discurso gubernamental, y antes del atentado, el mismo Petro envió fuertes críticas a Miguel Uribe Turbay, recordando la Política fuerte de seguridad que ejerció su abuelo cuando fue presidente.
Los efectos sociales de su muerte son devastadores, la muerte ronda nuevamente a los candidatos, y la inseguridad genera la paranoia de la gente y de los candidatos por su seguridad. Si ello pasa con una candidato a la presidencia de la República, qué se puede esperar en los demás ámbitos, como concejales, diputados, alcaldes y gobernadores. Queda claro que los jóvenes son la carne de cañón en esta guerra, que no saben a quién van a disparar, y mucho menos piensan por qué. En medio de la pobreza, la ignorancia y las drogas, cualquier joven surge como gatillero de la nada, sin importarle la vida de la víctima, ni la suya propia. De seguro, ninguno de los que ordenó el asesinato, y mucho menos el que disparó pensó en la tragedia familiar que iba a causar:
Los efectos políticos de la muerte de Miguel Uribe Turbay deberían ser la unificación de las facciones de derecha en un proyecto político dirigido a ganar las elecciones. Sin embargo, la polarización en Colombia entre izquierda y derecha, hace que se radicalicen las facciones, y que además, ninguna quiera ceder su candidatura a otros de su propia facción. Todos se lanzan en río revuelto a ver que pescan, y además, también reciben reembolso por cada voto que ganen en las interconsultas, y por si fuera poco, también están pendientes de qué cargos pueden lograr luego de las coaliciones.
Pobre Colombia lo que le espera en las elecciones, una derecha radicalizada, una izquierda radicalizada, no hay unidad, y hay múltiples proyectos que apuestan a llegar al poder en una carrera de locos, oportunistas y populistas, que cuando hacen coaliciones no se respetan y se desintegran, haciendo más difícil la cogobernabilidad.
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