LA PUYA ZULETA.
Sin duda fue uno de los ídolos que me tocó ver en el Unión Magdalena.
La primera vez que lo vi, fue en un partido ante el Junior de Barranquilla. El Unión perdía con el equipo del Pibe, Pacheco, Valenciano y Mackensy, 3 a cero. La tribuna le pedía a Pinto que metiera a la Puya Zuleta, y como siempre, lo metió faltando 15 minutos. En esos 15 minutos, la Puya inclinó el campo al arco de José María Paso. La pelota se la pasaba Gamero pegada a la raya de la margen derecha del campo. Desde ahí la Puya comenzaba su fiesta, y le quebraba la cintura a Cassiani y se la centraba al Calanche Sulbarán que esa tarde no estaba fino, y fácilmente se comió como 5 goles de los pases que le hacía la Puya Zuleta.
Durante la era de Pinto, la Puya era un puntero derecho que arrancaba pegado a la raya enfrentaba al defensa, le ganaba la raya y centraba para el goleador de turno, ya sea Calanche Sulbaran, Mauricio Ospina o Gustavo Daniel Iturburo, con quien conformó una dupla mortal en la era de Pinto, y que le permitió a Iturburo ser uno de los máximos goleadores del fútbol Colombiano.
Luego la Puya se fue al Junior, donde tuvo un buen papel, pero no tan protagónico como lo fue en el Unión.
Tiempo después cuando el Unión Magdalena retornara a la primera división del Fútbol colombiano, la Puya Zuleta formó el tridente goleador con el Mono Herrera y Carlos Mario Vilarete, que infundían terror a todos los equipos que venían a Santa Marta. Entre los tres marcaron en una temporada 60 goles, 6 de ellos, marcados al Deportivo Cali, en una de las faenas más inolvidables de todos los fanáticos del Unión, cuando le marcaron 6 a 0 al Deportivo Cali en unos cuadrangulares.
Con Retat, la Puya cambió de posición y se consolidó como una media punta, con más juego en la mitad de la cancha, pero con más ímpetu goleador, fue ese cambio de posición que lo hizo crecer y que lo llevó a su máximo nivel como futbolista, en donde no solo desbordaba y tiraba centros, sino que era el dueño del balón, regateaba, organizaba la ofensiva, filtraba pases y metía goles. También metía goles de tiro libre y también pateaba los penaltis, era el líder del equipo y la figura que brillaba con su futbol alegre, cual aire de puya, y que ponía a la tribuna a gozar y a los rivales a temblar.
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