martes, 29 de julio de 2025

No es un burro, no es un asno, pero es tremendo animal bruto.






No es un burro, no es un asno, pero como diría un amigo de la guajira, si es mucho animalito bruto.

Un tipo arcaico, prehistórico, nefasto, etc., etc., no puede manejar a un equipo de fútbol, con los pensamientos de ayer. No es un tema de dinero, es un tema de mentalidad, que no lo lleva más allá de lo mediocre.

El Unión Magdalena es un referente nacional, tiene Estadio, tiene hinchada, tiene historia, jugadores y técnico en estos momentos no, no hay dignidad, no hay orgullo.

Pero la hinchada, la ciudad de Santa Marta y el equipo, son un conjunto, son una marca, son una bandera, no hay derecho a qué el mediocre del mayor directivo del Unión Magdalena, trate de insultar a la hinchada, cuando son los hinchas los que apoyan, los que sufren y los que pagan la boleta, ellos tienen derecho a reclamar buenos resultados, buen juego y sobretodo, amor por la camiseta.

La situación está complicada sí, pero hay un problema en el campo, y son los jugadores que perdieron la fé de que podían ganar. Juegan sin ganas y con miedo, un empate es para ellos una victoria.

El directivo no se puede molestar con la afición, no puede alejarla del estadio y no agrandar más la humillación de este año, que el primer semestre fue para el olvido por malas decisiones de Pinto al armar el equipo, y de las directivas en lo económico. Ahora está comenzando en campeonato, Pero se ve a un equipo frágil y sin ganas de ganar.

Señor Dávila, si no tiene nada importante que decir, mejor no diga nada, su forma arcaica y mezquina de dirigir al equipo, tiene a la ciudad y su hinchada triste, no hay derecho a ser tan bruto.


 

lunes, 21 de julio de 2025

La historia de la puya Zuleta

 




LA PUYA ZULETA.


Sin duda fue uno de los ídolos que me tocó ver en el Unión Magdalena. 

La primera vez que lo vi, fue en un partido ante el Junior de Barranquilla. El Unión perdía con el equipo del Pibe, Pacheco, Valenciano y Mackensy, 3 a cero. La tribuna le pedía a Pinto que metiera a la Puya Zuleta, y como siempre, lo metió faltando 15 minutos. En esos 15 minutos, la Puya inclinó el campo al arco de José María Paso. La pelota se la pasaba Gamero pegada a la raya de la margen derecha del campo. Desde ahí la Puya comenzaba su fiesta, y le quebraba la cintura a Cassiani y se la centraba al Calanche Sulbarán que esa tarde no estaba fino, y fácilmente se comió como 5 goles de los pases que le hacía la Puya Zuleta.

Durante la era de Pinto, la Puya era un puntero derecho que arrancaba pegado a la raya enfrentaba al defensa, le ganaba la raya y centraba  para el goleador de turno, ya sea Calanche Sulbaran, Mauricio Ospina o Gustavo Daniel Iturburo, con quien conformó una dupla mortal en la era de Pinto, y que le permitió a Iturburo ser uno de los máximos goleadores del fútbol Colombiano.

Luego la Puya se fue al Junior, donde tuvo un buen papel, pero no tan protagónico como lo fue en el Unión.

Tiempo después cuando el Unión Magdalena retornara a la primera división del Fútbol colombiano, la Puya Zuleta formó el tridente goleador con el Mono Herrera y Carlos Mario Vilarete, que infundían terror a todos los equipos que venían a Santa Marta. Entre los tres marcaron en una temporada 60 goles, 6 de ellos, marcados al Deportivo Cali, en una de las faenas más inolvidables de todos los fanáticos del Unión, cuando le marcaron 6 a 0 al Deportivo Cali en unos cuadrangulares.

Con Retat, la Puya cambió de posición y se consolidó como una media punta, con más juego en la mitad de la cancha, pero con más ímpetu goleador, fue ese cambio de posición que lo hizo crecer y que lo llevó a su máximo nivel como futbolista, en donde no solo desbordaba y tiraba centros, sino que era el dueño del balón, regateaba, organizaba la ofensiva, filtraba pases y metía goles. También metía goles de tiro libre y también pateaba los penaltis, era el líder del equipo y la figura que brillaba con su futbol alegre, cual aire de puya, y que ponía a la tribuna a gozar y a los rivales a temblar.





El problema de ser inteligente