CONTANDO HISTORIAS
DEL UNIÓN MAGDALENA.
Por: Jorge Arturo
Abello Gual
SOBRE EL
DISCUTIVO ASCENSO DEL UNIÓN MAGDALENA.
Luego de ganar un ascenso bajo una lluvia de críticas de
todo un país, donde se acusó al equipo de amañar el resultado, lo cierto es que
ante la falta de noticias importantes de fin de año, y la sospecha que dejó la
última jugada del gol que le dio el ascenso al Unión Magdalena, sobre el equipo
de Fortaleza, al ganarle a Llaneros 2 a 1, el día 4 de diciembre del 2021, el
nivel de aceptación del equipo samario ante las dudas, es bastante adverso.
Para evaluar las críticas que se le hacen al Unión Magdalena
habría que pensar lo siguiente:
1) Fortaleza obtenía el ascenso ganando o empatando ante el
Bogotá que era el equipo con peores resultados dentro del grupo. ¿Robados? Solo tenían que empatar y perdieron en su
propia casa ¿Por qué no lo hicieron? ¿Por qué culpan a otros de su propio fracaso
cuando tenían las mejores opciones?
2) Si los jugadores del Unión Magdalena, estaban jugando
para meter un gol que les dieran el ascenso, y los jugadores de Llaneros
dejaron de jugar para vengarse de los jugadores de Fortaleza por humillaciones
y malos tratos previos ¿De quién es la culpa?
3) La posibilidad de que un equipo deje de competir, para
favorecer a otro es un riesgo, que siempre afecta al mal estudiante que busca
ganar el año en el último partido, a Colombia le pasó en dos ocasiones con los
argentinos y los uruguayos, que si Argentina le ganaba a Uruguay los sacaba del
mundial e ingresaba Colombia. En el último mundial, Colombia y Perú dejaron de
jugar, se conformaron con un empate y sacaron a Chile. Depender de otros
resultados es una lotería, en el caso del Unión Magdalena, Fortaleza perdió con
el Unión Magdalena en Santa Marta, en el último minuto y le dio una opción,
complicada pero se la dio. El Unión para ascender tenía que ganarle a Llaneros
en Villavicencio, y esperar que el Fortaleza perdiera con Bogotá en su propio
campo. Los planetas se alinearon y salieron las cosas. El Unión no es un equipo
que tenga dinero suficiente para amañar los resultados, pues de cosa puede subsistir
en la B.
Pese a eso, todo un país se abalanzó contra el equipo
samario, y gracias a las redes sociales ha quedado señalado de tramposo, ladrón
y corrupto, cuando la verdad se alinearon una cantidad de factores que parecían
casi que imposibles de acontecer para que el equipo de Santa Marta volviera a
la primera división. Señores dejen de señalar al Unión Magdalena, y entiendan
que fueron factores externos a los del equipo que lo terminaron beneficiando,
como ser los bacanes de la fiesta y no los odiados del banquete como lo fueron
los jugadores y directivos del Fortaleza, y señores papaya puesta, papaya
partida, los jugadores del Unión Magdalena no podían no meter el gol.
UN EQUIPO QUE NACIÓ EN LA PRIMERA DIVISIÓN Y QUE
VUELVE A LA PRIMERA DIVISIÓN.
El Unión Magdalena es un equipo con historia en la A
desde 1953, por sus camerinos han pasado grandes jugadores de familias reconocidas
en el fútbol como los Valderrama, los Palacios, e individualmente como el
Maestro Arango, Zuleta, Vilarete, Alex Comas, extranjeros como Cuarentiña,
Odasir, Pipico, Gasparonni, Iturburo, Ibañez, Ramoa entre otros.
Una afición consolidada, fiel y constante, a pesar del
sufrimiento. En los últimos años siempre ha sido un equipo austero que depende
de su cantera, sacando dos o tres jugadores buenos, para luego venderlos y
volver a armarse, una directiva sin muchas aspiraciones que temerosa de no
obtener los recursos suficientes para mantener al equipo, siempre apela a
jugadores de nivel medio y bajo.
Las campañas irregulares dependen del ánimo de los
jugadores que viven entre amores y odios con la afición, los entrenadores y los
directivos.
Santa Marta es una ciudad futbolera, le encanta el
futbol, es forjadora de grandes jugadores, que nacen de la pobreza con una
calidades y técnica muy buenos, como bien lo comentaba el Chuzo Flota: “Aquí en
Santa Marta salen unos jugadores excelentes en técnica, pero el gran problema
de ellos, es su entorno familiar y de amigos, que los sonsacan para el desorden
y el alcohol.”
Los jugadores samarios o creados en Santa Marta,
brillan en el Unión Magdalena, y obtienen su reconocimiento nacional, luego
salen a otros equipos y no rinden igual, entonces retornan al equipo de sus
amores, y vuelven y salen, pero vuelven a retornar.
SANTA MARTA RESPIRA FUTBOL
Santa Marta respira fútbol, no solo por aquí nacieron grandes
glorias del futbol, sino porque tiene una cultura futbolera muy particular que
hace que el estadio sea un ambiente social muy particular.
La tambora, signo insigne de la música caribeña, y el
pitán pitán, que no es la canción de Carlos Vives, sino un ritmo de tambora,
llenan de alegría la tribuna, donde más de uno en medio del partido se levanta
a bailar. Sin embargo, la tambora en el estadio no solo significa música, desorden
y folklor, la verdad es que también simula un grito de batalla y de ánimo para
los jugadores, porque suena más cuando ataca el Unión Magdalena, o cuando la
tribuna y la gente trata de decirle a su equipo ánimo, ataca, mete el gol. Yo
me imagino lo que sentirán los jugadores de otros equipos cuando oyen retumbar
esas tamboras en sus camerinos o en el campo de juego, es como si estuvieran en
una jungla rodeados de tribus dispuestas a atacarlos. Ni siquiera en Barranquilla
está esta cultura de las tamboras en el estadio. Una tradición que debe
perdurar, por encima de esos cantos y jeringosas, que solo alteran e insultan,
haciendo el ambiente futbolero más hostil.
La sirena de balín, es otro de los gritos de guerra de
la tribuna, cuando el equipo necesita ánimo o va a atacar, todos en la tribuna
gritan que suene la sirena. ¿En qué otro estadio suena la sirena de un bombero
cuando se va a cobrar un tiro de esquina o un tiro libre? En las ciudades
cuando la gente escucha una sirena sabe que algo malo pasa, en el estadio de
Santa Marta, se hace para anunciar que el Unión Magdalena va a atacar y que muy
posiblemente con esa descarga de energía meta un gol. Psicológicamente para los
rivales también debe ser muy duro que casi te metan un gol, o que venga un tiro
de esquina o que venga un tiro libre y te suene una sirena.
Por último, la gente de Santa Marta, tienen el picante
caribeño dispuesto al saboteo y a la burla por todo. Jugador, entrenador o
arbitro que de papaya desde la tribuna le inventan su coro, incluso en una
ocasión al periodista Carlos Antonio Velez que llegó a comentar un partido en
Santa Marta, el inventaron su corito: “Vélez, calvo, hp”, y así se la aplicaron
durante todo el partido. Del saboteo caribeño no se salva nadie, y menos dentro
de la cultura futbolera, donde en efecto, también se inventan apodos para
todos.
Volver al estadio de Santa Marta es algo terapéutico, se
grita, se ríe, se sufre y se goza, como bien lo decía Manolo Candanoza.
OBJETIVOS DEL UNIÓN MAGDALENA EN SU RETORNO EN LA A.
Primero: hacer respetar su patio.
Santa Marta se respeta, y los jugadores del Unión
deben saber eso. Todo equipo que llegue a Santa Marta debe sentir el sol y el
calor de Santa Marta. Debe sentir que se ahoga del calor, y debe preguntarse,
qué tanto puede aguantar un clima tan adverso. Es por eso que para jugar en el
calor, hay que estar acostumbrado, y hay que ahogar a los equipos. Y el calor no
solo es en el día, sino también por la noche, así que hay que hacer correr a
los rivales, y exigirlos, para que la deshidratación se convierta en cansancio,
y el cansancio hay que aprovecharlo.
Si el Unión Magdalena se quiere mantener en la primera
división, no puede perder en Santa Marta. Como bien lo dijo Eduardo Julián
Retad: “Aquí en Santa Marta murió Simón Bolívar, y por eso tienen que venir a
morir todos los grandes” No hay equipo que no haya perdido en Santa Marta, y
cada vez que el Unión Magdalena hace respetar a Santa Marta, clasifica a los octagonales.
Segundo: Refuerzos
Unión Magdalena trajo tres refuerzos. Los refuerzos
son jugadores que vienen a competir y a suplir los problemas. Veo pocos
refuerzos y muchos mercenarios. Los mercenarios son personas que contratan para
que peleen contigo una guerra, pero que no son parte de ti. Hay jugadores que
surgieron del Unión Magdalena y que son parte del equipo, esos son los que
luchan contigo por la misma causa, porque saben que si el Unión baja a la B,
ellos también bajan. En los últimos años, el Unión Magdalena ha sacado a dos
poderosos delanteros como el Caballo Márquez y Rugeri Blanco, hoy el Unión Magdalena,
va a enfrentar un campeonato sin un goleador reconocido, y eso es preocupante. Los
refuerzos están centrados en la defensa y el medio campo, pero si no hay ataque
y no hay gol, pasará como la última vez que estuvimos en la A, por más que nos defendiéramos,
si nunca atacábamos, pues en algún momento nos iban a meter un gol. El Unión Magdalena
dirigido por Pedro Sarmiento, no sabía atacar, el paisa nefasto despidió a
todos los volantes de creación que tenía el equipo, y nos puso a jugar sin un
10, basando la armada de juego en Abel Aguilar y Pereira, que eran volantes de
marca. A diferencia del Unión Magdalena
dirigido por Rivera, que tenía serios problemas defensivos, porque marcaba 3
goles, pero le podían meter cuatro, el Unión Magdalena de Pedro Sarmiento, le
apostó a la defensa, se olvidó del ataque y perdió la mayor cantidad de
partidos. En esta ocasión, veo que quieren consolidar en el medio campo, pero
no veo un diez, ni un delantero que preocupe a los equipos rivales.
Tercero: Afianzar una nómina y un estilo de juego.
Si bien el Unión viene de un proceso con el paradita
Silva de más de un año de continuidad, no es lo mismo la segunda división, que
la primera división. En segunda división, el equipo no salió de los ocho y
obtuvo buenos resultados. Pero en primera división las estructuras cambian, los
rivales son más difíciles porque tienen mejores jugadores y mejores técnicos.
El Unión Magdalena dirigido por Harold Rivera en Segunda división cabalgaba sin
problemas, pero cuando inició en Primera División se enfrentó a Jaguares, un
equipo aparentemente pequeño, que llegó a Santa Marta y le ganó al Unión 4 a 3.
Los esquemas varían, por la calidad de los jugadores y por la capacidad de los
entrenadores. El Unión que hasta ahora
se está armando puede ser el campeón de la B, pero no lo veo ganándole un
partido al Junior, al Nacional o al Cali. Para eso, no solo se requiere de
buenas contrataciones, sino de un grupo consolidado, y un estilo de juego
maduro y competitivo.
Es necesario en el caso de Carlos Silva que se tenga
un manager, porque la falta de experiencia y el poco recorrido en la A del técnico,
requiere de respaldo y asesoría de ex técnicos que puedan apoyarlo, como en el
caso de Retad, del Chino González y de otros que vengan a aportar.
Hay que evitar a toda costa las goleadas, y consolidar
un esquema defensivo que no de las papayas por inexperiencia, como le ocurrió
al equipo cuando lo dirigía Harold Rivera, donde en cada partido un defensa
regalaba un gol.
En la delantera, el Unión siempre se ha caracterizado
por sacar de goleador a un delantero, porque siempre juegan para él, así que es
necesario que saquen a un goleador urgente, para no repetir la historia del
equipo dirigido por Pedro Sarmiento, que los delanteros no metían goles, sino
los volantes de marca.
Cuarto: La administración.
La administración del Unión Magdalena no puede seguir temerosa
de ver si pueden o no mantener un equipo, y contratar lo básico. El Unión Magdalena de Rivera clasificó a los
octogonales, porque bien o mal trajeron jugadores de experiencia, pero en el
segundo semestre, solo contrataron cuatro jugadores defensivos, y un técnico
desactualizado que duró mucho en el banco del Unión. No se puede depender de
las entradas para sostener al equipo, es necesario conseguir buenos
patrocinadores, y consolidar una imagen, para vender bien la marca. Hay que pensar en el equipo como una empresa,
y lo principal es consolidar una marca, y conseguir buenos patrocinios. Para
ello, se requieren buenos resultados, y se debe contar con una buena nómina y
en caso de que el entrenador no de la talla, buscar urgentemente un reemplazo,
y no esperar que el barco se hunda como ocurrió con Pedro Sarmiento. Hay que
vender una marca, no boletas para ir al estadio.
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