lunes, 17 de enero de 2022

CONTANDO HISTORIAS DEL UNIÓN MAGDALENA.

 

CONTANDO HISTORIAS DEL UNIÓN MAGDALENA.

 

Por: Jorge Arturo Abello Gual

 

 

SOBRE EL DISCUTIVO ASCENSO DEL UNIÓN MAGDALENA.

 

Luego de ganar un ascenso bajo una lluvia de críticas de todo un país, donde se acusó al equipo de amañar el resultado, lo cierto es que ante la falta de noticias importantes de fin de año, y la sospecha que dejó la última jugada del gol que le dio el ascenso al Unión Magdalena, sobre el equipo de Fortaleza, al ganarle a Llaneros 2 a 1, el día 4 de diciembre del 2021, el nivel de aceptación del equipo samario ante las dudas, es bastante adverso.

Para evaluar las críticas que se le hacen al Unión Magdalena habría que pensar lo siguiente:

1)   Fortaleza obtenía el ascenso ganando o empatando ante el Bogotá que era el equipo con peores resultados dentro del grupo. ¿Robados?  Solo tenían que empatar y perdieron en su propia casa ¿Por qué no lo hicieron? ¿Por qué culpan a otros de su propio fracaso cuando tenían las mejores opciones?

2)   Si los jugadores del Unión Magdalena, estaban jugando para meter un gol que les dieran el ascenso, y los jugadores de Llaneros dejaron de jugar para vengarse de los jugadores de Fortaleza por humillaciones y malos tratos previos ¿De quién es la culpa?

3)   La posibilidad de que un equipo deje de competir, para favorecer a otro es un riesgo, que siempre afecta al mal estudiante que busca ganar el año en el último partido, a Colombia le pasó en dos ocasiones con los argentinos y los uruguayos, que si Argentina le ganaba a Uruguay los sacaba del mundial e ingresaba Colombia. En el último mundial, Colombia y Perú dejaron de jugar, se conformaron con un empate y sacaron a Chile. Depender de otros resultados es una lotería, en el caso del Unión Magdalena, Fortaleza perdió con el Unión Magdalena en Santa Marta, en el último minuto y le dio una opción, complicada pero se la dio. El Unión para ascender tenía que ganarle a Llaneros en Villavicencio, y esperar que el Fortaleza perdiera con Bogotá en su propio campo. Los planetas se alinearon y salieron las cosas. El Unión no es un equipo que tenga dinero suficiente para amañar los resultados, pues de cosa puede subsistir en la B.

Pese a eso, todo un país se abalanzó contra el equipo samario, y gracias a las redes sociales ha quedado señalado de tramposo, ladrón y corrupto, cuando la verdad se alinearon una cantidad de factores que parecían casi que imposibles de acontecer para que el equipo de Santa Marta volviera a la primera división. Señores dejen de señalar al Unión Magdalena, y entiendan que fueron factores externos a los del equipo que lo terminaron beneficiando, como ser los bacanes de la fiesta y no los odiados del banquete como lo fueron los jugadores y directivos del Fortaleza, y señores papaya puesta, papaya partida, los jugadores del Unión Magdalena no podían no meter el gol.

 

UN EQUIPO QUE NACIÓ EN LA PRIMERA DIVISIÓN Y QUE VUELVE A LA PRIMERA DIVISIÓN.

 

El Unión Magdalena es un equipo con historia en la A desde 1953, por sus camerinos han pasado grandes jugadores de familias reconocidas en el fútbol como los Valderrama, los Palacios, e individualmente como el Maestro Arango, Zuleta, Vilarete, Alex Comas, extranjeros como Cuarentiña, Odasir, Pipico, Gasparonni, Iturburo, Ibañez, Ramoa entre otros.

Una afición consolidada, fiel y constante, a pesar del sufrimiento. En los últimos años siempre ha sido un equipo austero que depende de su cantera, sacando dos o tres jugadores buenos, para luego venderlos y volver a armarse, una directiva sin muchas aspiraciones que temerosa de no obtener los recursos suficientes para mantener al equipo, siempre apela a jugadores de nivel medio y bajo.

Las campañas irregulares dependen del ánimo de los jugadores que viven entre amores y odios con la afición, los entrenadores y los directivos.

Santa Marta es una ciudad futbolera, le encanta el futbol, es forjadora de grandes jugadores, que nacen de la pobreza con una calidades y técnica muy buenos, como bien lo comentaba el Chuzo Flota: “Aquí en Santa Marta salen unos jugadores excelentes en técnica, pero el gran problema de ellos, es su entorno familiar y de amigos, que los sonsacan para el desorden y el alcohol.”

Los jugadores samarios o creados en Santa Marta, brillan en el Unión Magdalena, y obtienen su reconocimiento nacional, luego salen a otros equipos y no rinden igual, entonces retornan al equipo de sus amores, y vuelven y salen, pero vuelven a retornar.

 

 

SANTA MARTA RESPIRA FUTBOL

 

Santa Marta respira fútbol, no solo por aquí nacieron grandes glorias del futbol, sino porque tiene una cultura futbolera muy particular que hace que el estadio sea un ambiente social muy particular.

La tambora, signo insigne de la música caribeña, y el pitán pitán, que no es la canción de Carlos Vives, sino un ritmo de tambora, llenan de alegría la tribuna, donde más de uno en medio del partido se levanta a bailar. Sin embargo, la tambora en el estadio no solo significa música, desorden y folklor, la verdad es que también simula un grito de batalla y de ánimo para los jugadores, porque suena más cuando ataca el Unión Magdalena, o cuando la tribuna y la gente trata de decirle a su equipo ánimo, ataca, mete el gol. Yo me imagino lo que sentirán los jugadores de otros equipos cuando oyen retumbar esas tamboras en sus camerinos o en el campo de juego, es como si estuvieran en una jungla rodeados de tribus dispuestas a atacarlos. Ni siquiera en Barranquilla está esta cultura de las tamboras en el estadio. Una tradición que debe perdurar, por encima de esos cantos y jeringosas, que solo alteran e insultan, haciendo el ambiente futbolero más hostil.

La sirena de balín, es otro de los gritos de guerra de la tribuna, cuando el equipo necesita ánimo o va a atacar, todos en la tribuna gritan que suene la sirena. ¿En qué otro estadio suena la sirena de un bombero cuando se va a cobrar un tiro de esquina o un tiro libre? En las ciudades cuando la gente escucha una sirena sabe que algo malo pasa, en el estadio de Santa Marta, se hace para anunciar que el Unión Magdalena va a atacar y que muy posiblemente con esa descarga de energía meta un gol. Psicológicamente para los rivales también debe ser muy duro que casi te metan un gol, o que venga un tiro de esquina o que venga un tiro libre y te suene una sirena.

Por último, la gente de Santa Marta, tienen el picante caribeño dispuesto al saboteo y a la burla por todo. Jugador, entrenador o arbitro que de papaya desde la tribuna le inventan su coro, incluso en una ocasión al periodista Carlos Antonio Velez que llegó a comentar un partido en Santa Marta, el inventaron su corito: “Vélez, calvo, hp”, y así se la aplicaron durante todo el partido. Del saboteo caribeño no se salva nadie, y menos dentro de la cultura futbolera, donde en efecto, también se inventan apodos para todos.

Volver al estadio de Santa Marta es algo terapéutico, se grita, se ríe, se sufre y se goza, como bien lo decía Manolo Candanoza.

 

 

OBJETIVOS DEL UNIÓN MAGDALENA EN SU RETORNO EN LA A.

 

Primero: hacer respetar su patio.

 

Santa Marta se respeta, y los jugadores del Unión deben saber eso. Todo equipo que llegue a Santa Marta debe sentir el sol y el calor de Santa Marta. Debe sentir que se ahoga del calor, y debe preguntarse, qué tanto puede aguantar un clima tan adverso. Es por eso que para jugar en el calor, hay que estar acostumbrado, y hay que ahogar a los equipos. Y el calor no solo es en el día, sino también por la noche, así que hay que hacer correr a los rivales, y exigirlos, para que la deshidratación se convierta en cansancio, y el cansancio hay que aprovecharlo.

Si el Unión Magdalena se quiere mantener en la primera división, no puede perder en Santa Marta. Como bien lo dijo Eduardo Julián Retad: “Aquí en Santa Marta murió Simón Bolívar, y por eso tienen que venir a morir todos los grandes” No hay equipo que no haya perdido en Santa Marta, y cada vez que el Unión Magdalena hace respetar a Santa Marta, clasifica a los octagonales.

 

Segundo: Refuerzos

 

Unión Magdalena trajo tres refuerzos. Los refuerzos son jugadores que vienen a competir y a suplir los problemas. Veo pocos refuerzos y muchos mercenarios. Los mercenarios son personas que contratan para que peleen contigo una guerra, pero que no son parte de ti. Hay jugadores que surgieron del Unión Magdalena y que son parte del equipo, esos son los que luchan contigo por la misma causa, porque saben que si el Unión baja a la B, ellos también bajan. En los últimos años, el Unión Magdalena ha sacado a dos poderosos delanteros como el Caballo Márquez y Rugeri Blanco, hoy el Unión Magdalena, va a enfrentar un campeonato sin un goleador reconocido, y eso es preocupante. Los refuerzos están centrados en la defensa y el medio campo, pero si no hay ataque y no hay gol, pasará como la última vez que estuvimos en la A, por más que nos defendiéramos, si nunca atacábamos, pues en algún momento nos iban a meter un gol. El Unión Magdalena dirigido por Pedro Sarmiento, no sabía atacar, el paisa nefasto despidió a todos los volantes de creación que tenía el equipo, y nos puso a jugar sin un 10, basando la armada de juego en Abel Aguilar y Pereira, que eran volantes de marca.  A diferencia del Unión Magdalena dirigido por Rivera, que tenía serios problemas defensivos, porque marcaba 3 goles, pero le podían meter cuatro, el Unión Magdalena de Pedro Sarmiento, le apostó a la defensa, se olvidó del ataque y perdió la mayor cantidad de partidos. En esta ocasión, veo que quieren consolidar en el medio campo, pero no veo un diez, ni un delantero que preocupe a los equipos rivales.

 

Tercero: Afianzar una nómina y un estilo de juego.

 

Si bien el Unión viene de un proceso con el paradita Silva de más de un año de continuidad, no es lo mismo la segunda división, que la primera división. En segunda división, el equipo no salió de los ocho y obtuvo buenos resultados. Pero en primera división las estructuras cambian, los rivales son más difíciles porque tienen mejores jugadores y mejores técnicos. El Unión Magdalena dirigido por Harold Rivera en Segunda división cabalgaba sin problemas, pero cuando inició en Primera División se enfrentó a Jaguares, un equipo aparentemente pequeño, que llegó a Santa Marta y le ganó al Unión 4 a 3. Los esquemas varían, por la calidad de los jugadores y por la capacidad de los entrenadores.  El Unión que hasta ahora se está armando puede ser el campeón de la B, pero no lo veo ganándole un partido al Junior, al Nacional o al Cali. Para eso, no solo se requiere de buenas contrataciones, sino de un grupo consolidado, y un estilo de juego maduro y competitivo.

Es necesario en el caso de Carlos Silva que se tenga un manager, porque la falta de experiencia y el poco recorrido en la A del técnico, requiere de respaldo y asesoría de ex técnicos que puedan apoyarlo, como en el caso de Retad, del Chino González y de otros que vengan a aportar.

Hay que evitar a toda costa las goleadas, y consolidar un esquema defensivo que no de las papayas por inexperiencia, como le ocurrió al equipo cuando lo dirigía Harold Rivera, donde en cada partido un defensa regalaba un gol.

En la delantera, el Unión siempre se ha caracterizado por sacar de goleador a un delantero, porque siempre juegan para él, así que es necesario que saquen a un goleador urgente, para no repetir la historia del equipo dirigido por Pedro Sarmiento, que los delanteros no metían goles, sino los volantes de marca.

 

Cuarto: La administración.

 

La administración del Unión Magdalena no puede seguir temerosa de ver si pueden o no mantener un equipo, y contratar lo básico.  El Unión Magdalena de Rivera clasificó a los octogonales, porque bien o mal trajeron jugadores de experiencia, pero en el segundo semestre, solo contrataron cuatro jugadores defensivos, y un técnico desactualizado que duró mucho en el banco del Unión. No se puede depender de las entradas para sostener al equipo, es necesario conseguir buenos patrocinadores, y consolidar una imagen, para vender bien la marca.  Hay que pensar en el equipo como una empresa, y lo principal es consolidar una marca, y conseguir buenos patrocinios. Para ello, se requieren buenos resultados, y se debe contar con una buena nómina y en caso de que el entrenador no de la talla, buscar urgentemente un reemplazo, y no esperar que el barco se hunda como ocurrió con Pedro Sarmiento. Hay que vender una marca, no boletas para ir al estadio.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El Unión Magdalena de 1992