domingo, 2 de abril de 2017

LA POLARIZACIÓN POLÍTICA Y LAS IDEOLOGÍAS RADICALES.

Por: Jorge Arturo Abello Gual.

!Tiempos difíciles los que está pasando nuestra patria y es hora de comenzar a trabajar por ella¡


LOS CIUDADANOS SOMOS EL PODER.

En las sociedades democráticas la decisión de las mayorías evita que los debates ideológicos se vuelvan riñas y guerras. Se supone que las masas deben acudir a una votación en donde se acoge lo dispuesto por las mayorías y las minorías deben respetar los resultados. Cuando las masas se dividen y no respetan la votación, se atenta con la Democracia y se vuelve una anarquía y un desgobierno por falta de consensos. Pero si el poder de las mayorías no tiene límite, también se degenera en una Dictadura.

Una sociedad dividida y sin consensos apunta a una revolución y a un genocidio, porque los bandos  se vuelven irreconciliables y se anula todo tipo de puente entre ambas lados de un abismo que cada vez se vuelve más grande. La división genera incertidumbre, y obliga a la gente a tomar algún bando por obligación ideológica. Psicológicamente el principio de la lógica nos condiciona a ser coherentes, y por ello, nos adherimos a una idea y la defendemos a ultranza por el temor de reconocer que somos incoherentes. Ese es el principio de todo conflicto, porque se corta el diálogo y se vuelve más complicado conseguir consensos. 

Los vendedores utilizan esta técnica para hacer bien su trabajo: hacen preguntas que lógicamente tienen una respuesta afirmativa, para lograr una línea lógica hasta llegar a su objetivo: ¿Es usted una persona que le gusta vivir bien? ¿Le gusta salir de vacaciones? ¿Le gusta viajar? ¿Le gustaría llevar a su familia a un viaje inolvidable? y aquí es donde hacen una pregunta muy difícil de responder negativamente: ¿Por qué no adquiere un plan de viajes con mi agencia donde usted puede viajar por muy bajo costo?

En el mismo sentido ocurre en la política, por ejemplo si usted es simpatizante de Uribe se puede hacer el siguiente ejercicio: ¿Está usted en desacuerdo con la ideología de género que quiso promover el Gobierno de Santos? ¿Está usted en desacuerdo con la reforma tributaria promovida por el Gobierno de Santos? ¿Está usted en desacuerdo con que la guerrilla de las Farc tengan curules en el Congreso de la República durante dos periodos obligatoriamente? ¿Está de acuerdo con que se siga un conflicto armado, el terrorismo, y mueran civiles y soldados?

También se puede colocar un ejemplo si usted es simpatizante de Santos: ¿Está usted de acuerdo con que se acabe el conflicto armado en Colombia, y cese la violencia y los muertos? ¿Está usted de acuerdo con que el Gobierno subsidie las viviendas para los sectores más necesitados? ¿Está usted de acuerdo con que se construyan mejores carreteras en todo el país? ¿Está de acuerdo con que la campaña del Presidente Santos haya sido financiada por sobornos de una multinacional que fue favorecida con la celebración de grandes contratos de obras por el Gobierno colombiano?

Por lógica nadie acepta estar de acuerdo con algo incoherente, y tiende a defender su posición y sus ideas, lo cual es una reacción casi natural. Sin embargo, esto es un engaño también lógico, y ello fue debatido principalmente por Sócrates en su tiempo al enfrentar a los sofistas: La ética debe guiar a la lógica. Por lo anterior, tal vez, sería bueno reconocer que debemos ser naturalmente incoherentes cuando la decisión que tomamos sea la más ética posible. Lo contrario sería la posición del cínico o del farsante que busca acomodar un discurso lógico, pero a espaldas de la ética, como hacían los sofistas que eran los principales contradictores de Sócrates, y como hacen Santos y Uribe cada vez que hacen una declaración.

La lógica, las ideas y la política nos pueden jugar una mala jugada, y en una sociedad polarizada tomar un bando nos puede llevar a terribles errores cuando se afianza el radicalismo. Así ocurrió en la revolución Rusa, en la Guerra de Yugoslavia, en la Guerra de Ruanda y nos pasó a nosotros mismos en la guerra de los 1000 días. En todos esos ejemplos, dos grupos de un mismo país, y que convivieron juntos durante años, se atacaron inicialmente ideológicamente, pero luego comenzaron los exterminios: Los bolcheviques contra los zaristas en Rusia; los Utus contra los Tutsis en Ruanda; los servios contra los musulmanes en Yugoslavia; y los conservadores contra los liberales en Colombia. ¡No podemos permitir que en nuestras ideas a los colombianos nuevamente nos dividan entre Santos y Uribe¡ Es un engaño lógico, y promovido por las mismas facciones políticas basadas en el ego. Los debates deben transcurrir, pero al final deben hacerse conciliaciones y consensos, las divisiones extremas y radicales no le hacen bien a ningún país y siembran el odio y la semilla de un conflicto armado y de un genocidio.

Otro problema de lógica en las ideas se puede presentar cuando las mayorías dominan con una lógica equivocada y destruyen la oposición o pensamientos divergentes. Algunos ejemplos extremos son los Nazis en Alemania, Mussolini en Italia, Chávez en Venezuela, Castro en Cuba, Stalin en Rusia. En todos estos ejemplos no existe posibilidad de oposición, solo hay una máquina que oprime a todo lo que se le oponga en su camino, no hay derecho a discrepar, y cualquier disidencia es una amenaza que se debe callar. En Colombia no hemos llegado a tal punto, pues aún nos encontramos con una fuerte división y un fuerte debate, pero debemos estar atentos a que ello no ocurra.

Por otro lado, la filosofía cristiana que junto con la Democracia griega, son los pilares de nuestra nuestra civilización, nos sugiere que somos un rebaño guiado por un pastor, pero en la vida y en la política, existen muchos lobos disfrazados de pastores. Tampoco es lógico creer que somos ovejas, el libre albedrío nos diferencia de un destino de semovientes. A diferencia de un rebaño sometido a la voluntad de un pastor, la civilización implica el ejercicio de la democracia como un modelo ideal contrapuesto a otros modelos nefastos como la oligarquía, la tiranía y la anarquía.

El fundamento de la sociedad es la suma del consenso y la voluntad de cada persona de vivir en sociedad, de tal forma, que la sociedad no anule al individuo. El poder se debe ejercer en contra de quienes no respeten los acuerdos, pero el poder y el consenso, tienen como límite los derechos fundamentales de cada individuo, de tal forma, que a nadie se le puede privar de su libertad sin un debido proceso.

La reflexión anterior nos lleva a que como ciudadanos podemos decidir en una democracia, pero hay límites que no podemos superar en nuestras decisiones como por ejemplo, la dosis personal, la justicia transicional para terminar el conflicto armado, la adopción para parejas homosexuales, el aborto, la pena de muerte, la eutanasia, etc. Son temas que requieren de una debida ponderación y estudio de los derechos en conflicto, y por ello no pueden ser objeto de una simple votación. En cambio, si podemos decidir quién va a ser el próximo presidente, o quién va a conformar el Congreso de la República, o quién va a ser nuestro alcalde o Gobernador. Sobre esto hay una frase muy famosa que dice que los pueblos se merecen a los Gobernantes que ellos mismos eligen. Colombia en definitiva ha elegido mal, y la figura de la reelección ha sido nefasta para la institucionalidad del Estado. Colombia debe dejar de votar por las personas que tanto daño le hacen al país. Hay personas que no deben ser candidatos presidenciales, y hay muchos que no deberían estar en el Congreso. Seguir votando por personas que le hacen daño al país, es como permitir que Luis Alfredo Garavito sea director de un jardín infantil. Una forma de cambiar el Congreso, es que gane el voto en blanco, así todos los candidatos que se presentan a la primera elección, quedarán inhabilitados para presentarse nuevamente.

Luego de esta breve reflexión filosófica se deben hacer algunas recomendaciones a la sociedad colombiana:

1) No entrar en el conflicto Santos-Uribe. Tomar un bando nos puede llevar a un error lógico porque nos puede radicalizar hacia un genocidio primero ideológico y luego físico.
2) No somos ovejas. Podemos decidir cambiar todo.
3) Lo mejor que debemos hacer al adoptar una ideología es comprender que todas son incoherentes y que tienen deficiencias, por ello más que asumir sus postulados lógicamente, debemos asumirlas éticamente.

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El Unión Magdalena de 1992