Eduardo Dávila, un tipo sin visión y sin ambición en el fútbol, hoy sigue dirigiendo un equipo con un panorama nefasto, es penúltimo, no ha ganado ni un partido, y que tiene una severa crisis futbolística con unos jugadores que no hacen respetar los colores de la camiseta, ni los anhelos de una ciudad como es Santa Marta.
Santa Marta va a cumplir 500 años, y el máximo dirigente del Unión Magdalena logra relucir con su ineptitud, en la que expone que no hay forma de reforzar al equipo porque la gente no va al estadio, cuando el equipo no da la talla en primera división:
Esta en el fondo de la tabla.
No ha ganado ningún partido.
Es un equipo que no mete miedo.
Los refuerzos fueron muy malos.
Y los jugadores que están no dan la talla en primera división.
Es una vergüenza completa para la afición y la ciudad.
Y el señor Dávila pide apoyo de la afición? No hay forma, si usted monta un circo malo, pues nadie le va. Nadie se aguanta a un equipo que no ha podido ganar, que cuando va ganando le empatan al último minuto, y que cuando va empatando le ganan también al último minuto.
Este desastre requiere de una dirigencia con ambición o con otra mentalidad. Ya hemos sufrido más de 30 de una dirigencia nefasta de Eduardo Dávila, con más de 20 años en la B, ya es hora que este señor de un paso al costado, y le permita a dirigir a otro este barco que hoy se encuentra a la deriva, porque él carece de las capacidades para hacerlo. Es una falta de respeto que ahora le eche la culpa a la afición por el desastre que hizo.
Pinto dijo que al equipo había que mantenerlo y apuntar a unos 4 refuerzos de calidad, al equipo lo desarmaron en su estructura, y los refuerzos fueron desastrosos. Salir del pecoso Correa que era el líder de la defensa y el argentino Agostino Spina, destruyeron la estructura. No hubo reemplazos de calidad y el equipo no contó con refuerzos de renombre, de ahí el papelón que está cumpliendo el Unión Magdalena.
Se fue Pinto molesto y desprestigiado, que vio que la nómina no iba a ser suficiente para afrontar el campeonato. Y llega un desprestigiado Alexis García, que lo sacaron de la Equidad también por malos resultados.
Pero el problema no es de técnico sino de nómina. Una nómina que no le gana ni a un equipo de colegio de verdad que es un insulto a la historia del Unión y de nuestra querida ciudad de Santa Marta.
Ojalá Dávila suelte al Unión, y de un paso al costado, ya estuvo bueno de tantos años sin ganar nada, con una de las mejores aficiones del país, y una gran plaza del fútbol profesional, mal manejados por un tipo sin visión y sin aspiraciones.
En conclusión, no se trata de sacar a técnicos, ni a los jugadores, el señor Eduardo Dávila tiene que sacarse a sí por no haber logrado nada en todos estos años, y por armar este papelón, que llena de vergüenza a todos los aficionados del Unión y a una ciudad que respira fútbol.
Ya es hora de soltar y heredar lo que te ha sido heredado.
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