lunes, 3 de noviembre de 2025
domingo, 2 de noviembre de 2025
Nuevo descenso del Unión Magdalena 2025
Un nuevo descenso en el 2025, producto de un equipo mal confirmado, y mal estructurado para competir en la primera categoría.
Jorge Luis Pinto desarticuló al equipo, perdiendo a Agustino Spinia, y al Pecoso Correa, y luego contrató a jugadores de muy bajo nivel. El equipo se cansó de empatar y perder en el último minuto. La rigidez defensiva y la carencia de gol era la regla general. Era un equipo diseñado para empatar, y que no sabía ganar, ni manejar el balón. Pinto rechazó a jugadores como Toñito y al Caballo no lo dejó hacer pretemporada.
Pinto peleó desde el inicio con las directivas quejándose de la falta de contrataciones y casi se va. Luego de los malos resultados las directivas le echaron mano a la nómina y comenzaron a despedir jugadores, y con ello terminaron de minar la confianza del grupo y sus deseos de ganar.
Luego renuncia Pinto, por malos resultados y acusa a los jugadores de amañar los resultados con las apuestas, Pero lo cierto es que el equipo nunca mostró nivel.
Los directivos decidieron contratar a mitad del semestre a Alexis García, quien venía del equipo de la equidad, que estaba en el último puesto, y que lo habían despedido por malos resultados.
Con un equipo desarmado, desmoralizado y sin espíritu, vinieron derrotas y derrotas, y solo una victoria en la última fecha ante fortaleza. Un semestre para olvidar, ni resultados, ni juego, y la vergüenza futbolística más grande de los últimos tiempos.
Quien acompaña a un equipo así? No ganó ni un partido en Santa Marta, jugaba a no perder y siempre terminaba perdiendo en los últimos minutos.
Para el segundo semestre se armó un equipo, con los viejos conocidos, pero con extranjeros sin gran trascendencia a excepción del arquero Matalia, que en varios partidos le salvó la papeleta al Unión Magdalena, aún que también tuvo presentaciones desastrosas.
El equipo seguía sin juego, con una defensa muy liviana y sin mucho juego. Todos los equipos de fútbol llegaban a Santa Marta a ganar, y así lo hacían. Era un equipo muy débil, que no hacía respetar su casa y que perdía irremediablemente.
Despiden a Alexis García y comienza a reaccionar el equipo.
Carlos Silva toma el equipo y comienza el equipo a reaccionar.
Toma lo que quedó del equipo, y comienza con su fútbol de presión arriba, y por lo menos hay una idea de juego que por lo menos se la pone difícil a sus rivales. 
Enfrentó el clásico con el junior y lo ganó 3-1. Por fin, el equipo mostraba espíritu y garra nuevamente. Ganó por fin en Santa Marta.
El equipo ganó tres juegos, Pero ya era demasiado tarde, la suerte ya estaba echada, el pésimo primer semestre y el desastroso comienzo del segundo, ya habían sellado el descenso, el margen de error era mínimo, debía hacer 14 puntos de 18 posibles, y esperar que el chico no sumará más de 4 putos en 6 partidos.
Unión sumó 7 pero ya el Chico, había hecho su tarea.
Hay jugadores que siempre jugaron y pusieron todo lo que podían, Pero hay otros que su mal rendimiento y su irresponsabilidad no merecieron estar en un equipo profesional.
El tema no fue solo de técnicos, sino del bajo rendimiento de muchos jugadores, que no aportaron lo que debían aportar.
No hay espectáculo para el aficionado para querer ir al estadio. No hay goles, no hay fútbol, solo hay derrotas y vergüenza. Ningún directivo puede exigir que la gente vaya al estadio a ver a su equipo no solo perder, sino jugar terrible.
Hoy los jugadores después de semejante papelón tienen que buscar equipo, buscar nuevos horizontes y ver cómo se desprecia su valor por lo que hicieron y por lo que no hicieron.
Si hubieran tenido pundonor tuvieran a un equipo donde jugar en primera división y la posibilidad de que los contraten en un equipo mejor.
Salvó por los que jugaron bien, el resto tendrán que aterrizar de emergencia en otros equipos de más bajo nivel.
No hay forma de expresar el dolor de volver a ver al Unión Magdalena en la B. 
Un buen estadio, gran afición, jugadores samarios y de la región que surgen de las canteras, generaciones de futbolistas que nuevamente se pierden, por falta de nivel de fútbol profesional.
Y no se trata de la cancha, de la afición o de la ciudad. Se trata de las directivas, los técnicos y los jugadores.
No se trata de tener un equipito de barrio o de jugar en un potrero. Se trata de una organización que estructure un equipo de fútbol para aspirar a ser campeón o buscar cupos en torneos internacionales.
Se trata de ganar dinero formando un buen equipo que dónde vaya, la gente lo quiera ver, que el estadio se llene, que todos los equipos le tengan miedo, y que surjan jugadores que luego puedan jugar en el exterior y en la selección Colombia.
Para eso se requiere tener aspiraciones, organización y responsabilidad, y los directivos actuales no tienen ni aspiraciones, ni visión.
El dueño del equipo peleó con la afición, es mezquino para contratar buenos jugadores y maneja al equipo como una tienda. Hoy ofrece vender al equipo, cuando ha perdido la categoría, sus jugadores están devaluados y la institución es un verdadero desastre, no hay duda de que este señor está loco.
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